lunes, 26 de julio de 2010

LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA


Para Pablo el pecado es una potencia maléfica que entra en el mundo con el primer hombre Romanos 5:12 "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron".
Hay una conexión íntima entre pecado y muerte: el pecado reina dando muerte Romanos 5:21 "para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro". La paga del pecado es con muerte Romanos 6:23 " Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro". Siempre existió el pecado en la humanidad, aun antes de la Ley, aunque, en ausencia de la Ley no imputaba Romanos 5:13 " Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado"; todos los hombres están bajo el dominio del pecado y separados de Dios, Romanos 3:23 "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios".
La ley intervino para dar conciencia del pecado Romanos 3:20 "ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado", pero al mismo tiempo para aumentarlo, pues atizaba las pasiones pecaminosas. Romanos 5:20 "Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia". El pecado, apoyándose en la ley exacerba los deseos Romanos 7:7 "¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás". Éste engaña al hombre que desea vida haciéndole ver en la Ley un obstáculo a la vida o bien un medio para alcanzarla, cuando de hecho la ley no puede dar vida Romanos 3:20 "ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado", es sólo un indicador externo, Gálatas 3:19 "Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador". Así, quien viola la Ley, quien se apropia en el propio esfuerzo para obtener vida, caen en el poder del pecado, este último por su arrogancia y orgullo pues la vida no se compra es regalo de Dios.
De ahí la triple conexión, el aguijón de la muerte es el pecado y la fuerza del pecado está en la Ley 1Corintios 15:56 "ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley". Por tanto para librarse del pecado hay que liberarse de la Ley. Si hay que morir al pecado, Romanos 6:2 " En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?", hay que morir a la Ley, su instrumento Romanos 7 :4 "Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios". Donde no hay Ley, no hay transgresión posible Romanos 4: 15 "Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión".
La liberación de la ley del pecado sólo es posible mediante el Espíritu Romanos 8:2 "Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte".


sábado, 24 de julio de 2010

CONTENIDO DE LA CARTA A LOS COLOSENSES


El cristiano y el hombre ha de liberarse de toda sujeción a los determinismos del mundo, sean al estilo antiguo, como los citados en la carta, como al estilo moderno basados en la psicología, sociología o condiciones económicas: el hombre ha de aspirar a ser libre y verificarlo en cuanto pueda y en consecuencia, ha de rechazar la imposición de observancias externas que canalicen o coarten su personalidad según moldes fijos.
Se encuentra también un criterio para distinguir las falsas ascéticas* : la autosuficiencia, el egocentrismo, la introversión. Ascesis que no se abre a los demás sino que se encierra en sí misma, no es cristiana.
Una autodisciplina es necesaria (1Corintios 6:12, 9:24-27) pero individual, bajo la guía del Espíritu (Gálatas 5:16-24) y la ascesis por sí misma no tiene valor alguno ni hace crecer al hombre.
Encontramos de nuevo la distinción entre la ley y evangelio: la ley, propone la perfección y salvación como fruto de la observancia de normas exteriores; el evangelio, en cambio,pone la renovación en el interior y es la obra de Dios por medio de Cristo: la vida es respuesta alegre de fe y amor mutuo a la luz de la esperanza, aun en medio de la dificultad.

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nota: ascesis: conjunto de procedimientos y conductas de doctrina moral que se basa en la oposición sistemática al cumplimiento de necesidades de diversa índole que dependerá, en mayor o menor medida, del grado y orientación de que se trate.

miércoles, 21 de julio de 2010

NUEVO PACTO

2 Corintios 3: ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.

Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.

Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.

Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

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Diferencia entre el Antiguo y Nuevo Pacto: letra-código/Espíritu. Alusión a Éxodo 34:29-35. Donde se describe el resplandor del rostro de Moisés. A pesar del esplendor de su inauguración ( la ley), la Ley se ha convertido en un Agente de condenación, Deuteronomio 27:26 "Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén." Gálatas 3:22"Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes". El Agente de la reconciliación Romanos 1:17 "Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá". Romanos 3:21-22 "Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él". Romanos 7: 11 "porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.

La gloria que resplandeció en Moisés resplandece permanentemente en los cristianos y ellos no la ocultan; es más, al contrario que en el caso de Moisés ese resplandor crece. Sin velo, los cristianos pueden leer la Escritura y entender su sentido.


martes, 6 de julio de 2010

SALMO 20: Oración del Rey antes de la batalla.

Que te escuche el Señor el día del peligro,
que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;
que envíe auxilio desde el santuario,
que te apoye desde el monte Sion,
que se acuerde de todas tus ofrendas,
que le agraden tus sacrificios;
que cumpla el deseo de tu corazón,
que de éxito a todos tus planes.
Que podamos celebrar tu victoria,
y en nombre de nuestro Dios alzar estandartes
- que el Señor te conceda todo lo que le pides-
Ahora reconozco que el Señor
da la victoria a su ungido,
que lo ha escuchado desde su santo cielo,
con los prodigios de su mano victoriosa.
UNOS CONFÍAN EN SUS CARROS,
OTROS EN SU CABALLERÍA;
NOSOTROS INVOCAMOS EL NOMBRE
DEL SEÑOR DIOS NUESTRO.
Ellos cayeron derribados,
nosotros nos mantenemos en pie.
Señor, da la victoria al Rey
y escúchanos cuando te INVOCAMOS.

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Dios al revelar su nombre puede ser invocado y responde a la llamada: por eso la invocación del nombre es arma decisiva en esta guerra sagrada.
El Rey es el ungido del Señor o Mesías, y como tal es tipo del futuro Mesías. Aplicado a Cristo, el lenguaje de la guerra sagrada se convierte en el símbolo de batallas espirituales, pues Cristo no invoca al Padre para que le envíe legiones de ángeles. Las imágenes de la batalla pasan más tarde al lenguaje espiritual cristiano.

domingo, 4 de julio de 2010

VIDA DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS (CARTA A DIOGNETO, S.II)


Los cristianos no se distinguen de los demás hombres ni por su tierra, ni por su lengua, ni por sus costumbres. En efecto, en lugar alguno establecen ciudades exclusivas suyas, ni usan lengua alguna extraña, ni viven un género de vida singular. La doctrina que les es propia no ha sido hallada gracias a la inteligencia y especulación de hombres curiosos, ni hacen profesión, como algunos hacen, de seguir una determinada opinión humana, sino que habitando en las ciudades griegas o bárbaras, según a cada uno le cupo en suerte, y siguiendo los usos de cada región en lo que se refiere al vestido y a la comida y a las demás cosas de la vida, se muestran viviendo un tenor de vida admirable y, por confesión de todos, extraordinario. Habitan en sus propias patrias, pero como extranjeros; participan en todo como los ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña les es patria, y toda patria les es extraña.

Se casan como todos y engendran hijos, pero no abandonan a los nacidos. Ponen mesa común, pero no lecho. Viven en la carne, pero no viven según la carne. Están sobre la tierra, pero su ciudadania es la del cielo. Se someten a las leyes establecidas, pero con su propia vida superan las leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los desconoce, y con todo se los condena. Son llevados a la muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos (/2Co/06/10). Les falta todo, pero les sobra todo. Son deshonrados, pero se glorían en la misma deshonra. Son calumniados, y en ello son justificados. «Se los insulta, y ellos bendicen» (1 Cor 4, 22). Se los injuria, y ellos dan honor. Hacen el bien, y son castigados como malvados. Ante la pena de muerte, se alegran como si se les diera la vida. Los judíos les declaran guerra como a extranjeros y los griegos les persiguen, pero los mismos que les odian no pueden decir los motivos de su odio.

Para decirlo con brevedad, lo que es el alma en el cuerpo, eso son los cristianos en el mundo. El alma está esparcida por todos los miembros del cuerpo, y los cristianos lo están por todas las ciudades del mundo. El alma habita ciertamente en el cuerpo, pero no es es del cuerpo, y los cristianos habitan también en el mundo, pero no son del mundo. El alma invisible está en la prisión del cuerpo visible, y los cristianos son conocidos como hombres que viven en el mundo, pero su religión permanece invisible. La carne aborrece y hace la guerra al alma, aun cuando ningún mal ha recibido de ella, sólo porque le impide entregarse a los placeres; y el mundo aborrece a los cristianos sin haber recibido mal alguno de ellos, sólo porque renuncian a los placeres. El alma ama a la carne y a los miembros que la odian, y los cristianos aman también a los que les odian. El alma está aprisionada en el cuerpo, pero es la que mantiene la cohesión del cuerpo; y los cristianos están detenidos en el mundo como en un prisión, pero son los que mantienen la cohesión del mundo. El alma inmortal habita en una tienda mortal, y los cristianos tienen su alojamiento en lo corruptible mientras esperan la inmortalidad en los cielos. El alma se mejora con los malos tratos en comidas y bebidas, y los cristianos, castigados de muerte todos los días, no hacen sino aumentar: tal es la responsabilidad que Dios les ha señalado, de la que no sería licito para ellos desertar.

Porque, lo que ellos tienen por tradición no es invención humana: si se tratara de una teoría de mortales, no valdría la pena una observancia tan exacta. No es la administración de misterios humanos lo que se les ha confiado. Por el contrario, el que es verdaderamente omnipotente, creador de todas las cosas y Dios invisible, él mismo hizo venir de los cielos su Verdad y su Palabra santa e incomprensible, haciéndola morar entre los hombres y estableciéndola sólidamente en sus corazones. No envió a los hombres, como tal vez alguno pudiera imaginar, a un servidor suyo, algún ángel o potestad de las que administran las cosas terrenas o alguno de los que tienen encomendada la administración de los cielos, sino al mismo artífice y creador del universo, el que hizo los cielos, aquel por quien encerró el mar en sus propios limites, aquel cuyo misterio guardan fielmente todos los elementos, de quien el sol recibió la medida que ha de guardar en su diaria carrera, a quien obedece la luna cuando le manda brillar en la noche, a quien obedecen las estrellas que son el séquito de la luna en su carrera; aquel por quien todo fue ordenado, delimitado y sometido: los cielos y lo que en ellos se contiene, la tierra y cuanto en la tierra existe, el mar y lo que en el mar se encierra, el fuego. el aire, el abismo, lo que está en lo alto, lo que está en lo profundo y lo que está en medio. A éste envió Dios a los hombres. Ahora bien, ¿lo envió, como alguno de los hombres podría pensar, para ejercer una tirania y para infundir terror y espanto? Ciertamente no, sino que lo envió con bondad y mansedumbre, como un rey que envia a su hijo rey, como hombre lo envió a los hombres, como salvador, para persuadir, no para violentar, ya que no se da en Dios la violencia. Lo envió para invitar, no para perseguir; para amar, no para juzgar. Ya llegará el día en que lo envíe para juzgar, y entonces ¿quién será capaz de soportar su presencia?... 3.