domingo, 13 de diciembre de 2009

Hombre espiritual.

1 Corintios 2:14-15
"Pero el hombre anímico no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son necedad, y no las puede entender, porque se han discernir espiritualmente.
En cambio el hombre espiritual juzga todas las cosas pero el no es juzgado por nadie".

Aquí la palabra espiritualmente se refiere al espíritu del hombre, el cual es impulsado por el Espíritu de Dios para que ejerza plenamente su función y reemplace así el dominio y el control que el alma ejerce sobre el hombre. Sólo por medio de un espíritu el hombre puede discernir las cosas del Espíritu de Dios.

Un hombre espiritual niega su alma y no vive por ella, sino que permite que todo su ser sea dominado por su espíritu, es decir por su espíritu regenerado, en el cual mora el Espíritu de Dios.(Provervios 20:27) "Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre".

Además vive por ese espíritu obrando y actuando conforme al mismo (Ro 8:4). Tal persona puede discernir las cosas del Espíritu porque en su constitución interior, la capacidad que tiene de percibir lo espiritual puede manifestar su función.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

EN QUÉ DEBE DESCANSAR NUESTRA FE.

1Juan 1:7
"pero si andamos en luz, como El está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado"
Los cristianos debemos vivir continuamente en la presencia de Dios. En el poder de la preciosa Sangre de Cristo, podemos gozar de una conciencia libre de culpa y acercarnos confiadamente a Dios.
Hebreos 10:22
"acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura".
Por la Sangre de Cristo nuestra conciencia es librada de todo sentimiento de culpa y podemos vencer todas las acusaciones de Satanás. La Sangre es nuestra arma, con la que nunca seremos derrotados y por ella podemos vivir en la presencia de Dios día tras día.
Juan 19:34
"pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua"
Dos sustancias salieron del costado abierto del Señor, la Sangre de Cristo, que representa la vida de Cristo y el agua viva, que sale de su costado y es símbolo del Espíritu Santo, esta última, imparte vida y acaba con la muerte para que lo mortal sea absorbido por la vida.
ESTA DEBE SER NUESTRA FE.
Romanos 8:2
"porque la ley del Espíritu de vida me ha librado de la ley del pecado y de la muerte"
Romanos 7:23
"pero veo otra ley en mis miembros que se revela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros"
En conclusión, estar en la presencia de Dios, implica tener fe en su Sangre, y no en lo que dicta nuestra mente que se halla bajo el conocimiento del bien y del mal, es abandonar nuestros propios argumentos, y mala conciencia y reposar y confiar en Dios y en su ley, escrita en nuestros corazones a través del amor que Dios ha derramado en nosotros por el Espíritu Santo.(Jeremías 31:33)
Romanos 5:5
"porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado"

martes, 1 de diciembre de 2009

DEJA QUE LA ANSIEDAD SE VAYA

Deja que tu ansiedad fluya aguas abajo como un torrente. Menudas evidencias te fabricas para las más inverosímiles situaciones. Dios te permite a pesar de tu buen juicio, estar ciego a lo que está delante de ti. Crees que ves claramente lo que ni siquiera existe. Dios será glorificado en tu vida si te rindes a El. Nunca tomes decisiones importantes en un estado de angustia. Sencillamente no eres capaz de ver con claridad. Cuando estés tranquilo y recogido, te será más fácil hallar la voluntad de Dios. Vuelvete a la devoción y a la sencillez. Escucha a Dios y haz oídos sordos a ti mismo. Cuando estés en un lugar de calma y quieto descanso haz cuanto sientas dentro de tu espíritu. Pero suponer que estás equilibrado cuando sufres la agonía de la ansiedad es preparate para cometer una equivocación. No tomes decisiones hasta que retomes tu paz y entres en la oración interior. Nunca confíes en ti cuando estés sufriendo, pues tu naturaleza es poco razonable y se solivianta con gran facilidad.


-Fenelón-